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fuente: Redacción Co Latino, Iván Escobar, 23 de Octubre 2004

México es una advertencia para el resto de los países


María Colin, de Greenpeace de México, Ángel Ibarra, UNES y Edith Campos, de la Red Ciudadana frente a los Transgénicos en El Salvador. (Foto: Wilton Castillo)

Los efectos directos de los Tratados de Libre Comercio (TLC); la falta de legislación regional para contrarrestar la expansión de productos transgénicos y la presencia en algunos países de este tipo de productos, son algunas de las razones por las cuales es necesario estar alerta.
Una representante de Greenpeace de México advirtió que los transgénicos constituyen un peligro para la salud de miles de personas y para el medio ambiente en la región Mesoamericana.

Para esta organización internacional ecologista es preocupante que en la región Mesoamericana el problema de los transgénicos cada vez se materializa y no se ven esfuerzos por parte de los gobiernos para revertir los efectos de los productos genéticamente manipulados, que son consumidos por grandes poblaciones y que a la larga impactarán en la salud de muchos así como en sus ecosistemas.
María Colin, de Greenpeace, México, participó recientemente en el Foro “Los Transgénicos y la Soberanía Alimentaria en El Salvador”, evento organizado por la Red Ciudadana Frente a los Transgénicos, deja en claro que la situación es difícil y las poblaciones de la región son las más vulnerables.

Colin, quien ha trabajado en los últimos años junto a otras personas para buscar formas de revertir los efectos de estos productos, recuerda que su país es un alto consumidor y productor de maíz, cultivo que en los últimos años se ha demostrado a través de diferentes estudios que está siendo manipulado genéticamente y que ya ha invadido gran parte de la nación azteca.
Uno de estos estudios es el informe “Maíz y biodiversidad: efecto del Maíz transgénico en México”, el cual fue elaborado por la Comisión de Cooperación Ambiental (CCA), donde se recomienda profundizar en las investigaciones para determinar la contaminación genética; minimizar las importaciones de maíz transgénico a México; lograr que el maíz importado ingrese con etiquetas, entre otras recomendaciones.
El informe no ha sido del agrado de muchos, en especial de gobiernos como Estados Unidos, Canadá y México, que “intentaban esconder a la sociedad” el daño, recuerda Colin.

Y es que una de la razones, a juicio de esta especialista, es el resultado del TLC suscrito entre México y los Estados Unidos (EE.UU.) que vaticina que los próximos en sufrir este tipo de situaciones son los países de la región Centroamericana, donde sus gobiernos están próximos a ratificar un TLC con la nación norteamericana.
Colin, quien estuvo en el país recientemente para participar en un foro relacionado con la temática y hablar sobre la situación que se tiene en México en estos momentos, advirtió que la situación es crítica, y el problema, sino se controla puede generar efectos negativos en los pueblos.

“El tema de los transgénicos, particularmente el caso de México, es derivado del TLC. En el tema del maíz se están importando alrededor de 6 millones de toneladas de maíz, procedentes de Estados Unidos, anualmente, y de éstos, un 40% es transgénico, que ingresa mezclado con el maíz convencional y sin ningún etiquetado”, explicó Colin.
El maíz “está autorizado en lo que llamamos cupos de importación, los cuales van destinados a consumo humano, animal o para destino forrajero. Finalmente cuando llega y se descarga, este maíz es para múltiples usos, para producción de aceites, alimentos forrajeros, estamos hablando del que se utiliza para alimentar cerdos, aves u otros animales”.

Una de las empresas transnacionales que están realizando esta práctica es la Maseca, “por mencionar una Industria. Maseca es una de las grandes empresas que está produciendo alimentos destinados a uso humano y es distribuido a grandes poblaciones”, lo cual advierte que es preocupante, ya que no existen medidas de control para este tipo de empresas que además, llevan sus productos a países vecinos.
Asimismo, citó como ejemplo un caso que se registró en septiembre de 2001, donde se detectó “un centro de origen y particularmente, maíz, que es contaminado a nivel mundial dentro de las especies que nosotros alertábamos”.

Colin dijo que estos productos importados de EE.UU. y que se distribuían a través de sus tiendas rurales a 23 mil comunidades, era la distribución masiva que “sin ningún etiquetado, sin ninguna segregación ha llevado a la contaminación de maíz”, afirma.
Un problema que enfrentan países como México y la región centroamericana, frente a los TLC´s, “es la falta marco de bioseguridad”, el cual considera Colin, es un punto en contra para los pueblos de la región que se aprestan a suscribir un tratado, que a juicio de muchos sectores sociales, está redactado a favor de unos pocos y sin alternativas de desarrollo para los pueblos.
Sólo en México, recuerda Colin, se encuentra desde 1999 una iniciativa de Ley de Bioseguridad, en la Cámara de diputados que hasta el momento no ha logrado ser aprobada.

“Está un debate sobre el tema y no se ha podido concluir el marco legal que se discute en la Cámara de diputados de México, tiene como base un marco que creemos inadecuado, no es el marco idóneo que queremos como país, particularmente con suficientes medidas para proteger un centro de origen ideal”, añade Colin.
Esta asesora jurídica de Greenpeace, insiste en que “éste es el escenario para México, por supuesto que Centroamérica por las condiciones que comparte como región Mesoamericana como centro de origen del maíz muy probablemente se estén corriendo estos riesgo a la par. México es una advertencia para el resto de los países, particularmente en el tema de la ayuda alimentaria puede ser que sea un mecanismo con flujo genético, con la posibilidad de que ya se estén sembrando estos tipos de maíz. Por lo cual es una alerta a los países Centroamericanos”.

En El Salvador esta trabajando porque no se expandan este tipo de productos, la Red Ciudadana Frente a los Transgénicos, ha iniciado en los últimos días una lucha para revertir los efectos de estos, un primer paso ha sido la entrega al congreso salvadoreño de un anteproyecto de Ley de Bioseguridad, a fin de lograr que antes de ser ratificado el TLC, se cuente con una normativa legal que permita controlar la producción y comercialización de este tipo de alimento.

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