Cumple delegación mexicana su objetivo de imponer un débil etiquetado de transgénicos en el Protocolo de Cartagena .

Curitiba, Brasil,18 de marzo de 2006

Fuente: Geenpeace México

Debido al papel que desempeñó la delegación mexicana en la tercera reunión de países parte del Protocolo de Cartagena, el acuerdo sobre el etiquetado de embarques que contengan transgénicos a que se llegó en esta ciudad brasileña fue muy débil, dio a conocer Greenpeace.

"Es muy preocupante que México, centro de origen y diversidad del maíz, no tome medidas para protegerlo de la contaminación transgénica y prefiera favorecer el que las grandes compañías introduzcan transgénicos en nuestro país sin siquiera informarnos qué y cuánto. Quienes realmente ganaron son las comercializadores de granos (Cargill, ADM) y las empresas de agrobiotecnología como Monsanto, Syngenta, Pioneer y Dow", declaró Gustavo Ampugnani, coordinador de la campaña de transgénicos de Greenpeace México.

Greenpeace ve con reservas el compromiso de último minuto al que se llegó sobre los estándares de identificación de organismos genéticamente modificados (OGM). Las regulaciones acordadas darán un poco más de información, aunque no la suficiente a los países importadores de granos, especialmente los más pobres.

"Pese a la enorme presión de México y de los países promotores de transgénicos (que no son no parte del Protocolo, como Estados Unidos y Canadá), el Protocolo sobrevive. A lo que se llegó no es lo ideal, pero es mejor que nada, aunque resultará insuficiente para proteger a los países de la posibilidad de importar transgénicos no identificados o ilegales", dijo Benedikt Haerlin, de Greenpeace Internacional.

La mayoría de los 132 Estados miembros del Protocolo de Bioseguridad provenientes de África, la Unión Europea y Asia, además de algunos países latinoamericanos, propusieron un lenguaje claro que informara si los embarques contienen transgénicos, incluyendo información precisa sobre su modificación y su status legal en el país exportador.

Durante las negociaciones, México pugnó por un etiquetado vago, lo que no facilitaba el consenso. Esto llevó a que se trabajara más en el tema y tanto México como otros países flexibilizaran posiciones, lo que desembocó en un acuerdo consensuado en torno a la identificación de los transgénicos presentes en los embarques internacionales.

El acuerdo final alcanzado necesita mejoras a través de las legislaciones nacionales de los países que hasta el día de hoy sólo están protegidos por estos estándares internacionales.

"Cabe decir que con esta negociación del Protocolo, el control de los transgénicos en México no mejora sustancialmente. A nuestro país seguirán entrando grandes cantidades de maíz transgénico que será difícil rastrear a lo largo de la cadena de producción. Ahora es en México donde debemos presionar a las autoridades para que exijan información detallada sobre el contenido de los cargamentos que se importan de Estados Unidos y obligarlas a que no hagan a un lado el espíritu original del Protocolo de Bioseguridad”, señaló Ampugnani.

A pesar de lo obtenido en Curitiba, México está atado a un acuerdo trilateral firmado con Estados Unidos y Canadá que es sumamente permisivo. Debido a este acuerdo comercial, se importan 6 millones de toneladas de maíz anuales mezcladas con transgénicos, sin ninguna identificación ni documentación específica que las acompañe.

Para mayor información llamar a Cecilia Navarro a los teléfonos 5530 2165 ext. 220 y 04455 5172 9869 o visitar la página http://www.greenpeace.org.mx/

Para comunicarse con Gustavo Ampugnani, marcar al 0055 4136 614220.

 

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